Leer:
-1 Corintios 13:1-3
-Mateo 7:22-23
-Mateo 16:26
Siempre me causaron un poquito de temor esto 3 pasajes, vemos a personas que para los ojos del mundo servían a Dios y eran exitosas en lo que hacían. Pero, y acá es donde mi temor aparece, su servicio siempre fue en vano, Dios ni siquiera las conoció, y terminaron perdiendo su vida.
En esta ocasión intentaremos plantear 3 bases, que creemos que son necesarias pero no suficientes, para poder servir a Dios como el quiere ser servido.
1-Amor.
Pablo es muy claro al decirnos que el amor no puede faltar en nuestro servicio. Porque podes cantar, bailar, predicar re piola pero si no es por amor no sirve. O podes dar de comer a todas las personas en situación de calle de tu ciudad y darle abrigo pero si no es por amor no sirve.
En 1 Juan 4:8, Juan dice “Dios es amor” él no está diciendo que el amor es una de las características de Dios, el amor es Su esencia misma. Ósea si no servimos por amor, servimos sin Dios, sin Su presencia en nosotros y cantar o ayudar lo hace cualquiera.
2-Humildad
Jesús es el ejemplo mismo de esta característica. Él era Dios y se hizo semejante a los hombres, y siendo hombre se humillo así mismo, siendo obediente hasta la muerte (Filipenses 2:6-7), en Mateo 8:20 dice que el Hijo del hombre no tenía donde recostar Su cabeza.
Tenemos que seguir este ejemplo, servir con humildad; no buscando gloria y éxito humano, sino glorificar al Padre como Cristo lo hizo
3-Hacer Su voluntad
En Mateo 7:21-23 Jesús dice:
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."
Jesús compara a alguien que no hace la voluntad de Su Padre como un “hacedor de maldad”.
Podemos servirle, sin estar haciendo Su voluntad y él nos tendría como hacedores de maldad.
Y como hacemos Su voluntad? Pasando tiempo con El, en intimidad con El. Dándole el primer lugar en nuestras vidas, cuidando que el ministerio no ocupe el lugar que El debería ocupar.
Y de ese modo Su voluntad será la nuestra y Sus anhelos serán los nuestros.
-Empezar de Nuevo
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